Este 22 de marzo de 2024 está dedicado a la reflexión sobre el agua y la paz.
Nuestra praxis ha permitido comprender la esencia del agua y tener la certeza que sin ella no es posible la vida de cada ser, de cada persona, de la comunidad, del territorio. Una relación ética con el agua funda la democracia, la convivencia, la vida colectiva. La justicia social, que es justicia hídrica también, se materializa con la construcción activa del buen vivir.
La red de acueductos comunitarios de Colombia atiende el llamado del agua, el grito del agua, que en medio de la crisis climática creada por este modelo de producción y consumo llevó a relacionar agua con violencia, interés, apropiación, y desprecio. Las comunidades organizadas somos la contracorriente a la privatización del agua. Defendemos el agua y luchamos porque permanezca siempre en manos públicas y comunitarias. Nos oponemos a los procesos que quieren someter el agua y la naturaleza a las lógicas de los mercados, dominados por las finanzas y los agentes financieros en búsqueda de nuevas oportunidades de mercado para inversiones y beneficios privados.
Se valen de la desregulación de la economía y el retiro del estado y su control corporativo, arrasan con todo lo común, con todo lo público y lo comunitario. Quieren atrapar, dominar y someter al agua. En el contexto actual, nos enfrentamos a distintas manifestaciones de la privatización y mercantilización del agua como por ejemplo su financiarización. Informes de los últimos Relatores Especiales sobre el Derecho Humano al Agua y Saneamiento han llamado la atención sobre estas problemáticas.
La expresión más dramática y catastrófica actual de esta manera de maltratar el agua es la situación del pueblo palestino. Desde la década de los 70 e incluso antes, la empresa Mekorot ha jugado un papel nefasto en la violación de los derechos humanos al agua del pueblo palestino al que le ha sido negado el acceso a las aguas del Río Jordan. Los palestinos de Cisjordania y Jerusalén Este compran más de la mitad de su suministro de agua doméstica a la empresa nacional israelí de agua Mekorot, quien también suministra la inmensa mayoría del agua que consumen los asentamientos ilegales desde pozos situados dentro de Israel y de los más de 40 pozos que controla y explota en Cisjordania y Jerusalén Este en violación al derecho internacional.
La obstrucción israelí al desarrollo hídrico palestino ha obligado a los palestinos a depender de la compra de agua a Israel, se han instalado medidores prepagos, no permiten el acceso al negando los permisos e impidiendo el acceso a la tecnología, roban el agua de los territorios palestinos ocupados y luego se las venden, además de generaron tal dependencia de esta empresa, que se ha hecho parte de la estrategia de control, desposesión, explotación e invasión del territorio Palestino.
Naciones unidas nos invita este 22 de marzo a reflexionar la relación agua y paz. Colombia vive la angustia de las múltiples violencias, de un conflicto que trata de negociar con los distintos actores armados y habal de una paz total como propósito. Se nos convoca a ordenar el territorio alrededor del agua y asumimos este reto ligado a la urgencia del cambio radical que exige la crisis climática.
Colombia es centro de la agenda ambiental mundial, será anfitriona de la COP16 de Biodiversidad que se realizará en entre el 21 de octubre y el 1 de noviembre de 2024. El presidente de la república afirma que Éste es el tiempo de la protección de la vida, de la Paz con la Naturaleza”. Nos unimos a esta agenda, y queremos profundizar el pacto por el agua que hemos impulsado. Un mandato por el reconocimiento y el fortalecimiento de la gestión comunitaria del agua en Colombia. Participaremos de la COP16 mostrando que la autogestión comunitaria del agua es alternativa cierta a la crisis climática.
Impulsamos nuestra Ley propia, la ley para los acueductos comunitarios. Trabajaremos por lograr que los artículos 274 y 275 de la Ley del Plan Nacional de desarrollo se reglamenten atendiendo al mandato popular.
Cuando hablamos de agua y paz reafirmamos que queremos vivir en nuestros territorios rurales y en nuestros barrios y ciudades con tranquilidad, en paz, trabajando y estudiando, recreando nuestra existencia, disfrutando la familia y la comunidad y ello sólo es posible en alianza con el agua. Nuestra libertad está ligada a la libertad del agua, por eso nuestra vida, es su defensa, nuestra gestión solidaria, es la lucha contra su privatización y mercantilización.
Impulsamos Acuerdos Público Comunitarios, acuerdos entre municipios y entre organizaciones público-comunitarias como alternativas a la privatización y como articulación entre la sociedad civil y los gobiernos locales con acciones concretas que reivindiquen y trabajen por el derecho humano al agua y por el derecho a la autogestión comunitaria del agua.
Respaldamos los procesos de recuperación de gestión del agua para devolverla a manos públicas. Nos comprometemos a intercambiar experiencias que permitan revertir los procesos de privatización y prevenir ante las amenazas que se cierne sobre los organismos públicos existentes. Fortaleceremos las acciones para transformar los marcos legales que protegen y defienden la privatización de la gestión del agua. Apoyaremos e Impulsaremos Iniciativas legislativas por el derecho humano al agua, la gestión pública, comunitaria y participativa del agua.
Se constata que, mediante las experiencias de remunicipalización y recuperación de las empresas, la gestión privada es más cara que la gestión pública, una centrada en la ganancia y la renta, la otra en garantizar el acceso y suministro de agua en condiciones democráticas de justicia, equidad e igualdad. En nuestra lucha contra el despojo del agua, nos comprometemos a no reproducir su violencia en nuestras estructuras y prácticas organizativas, y a garantizar la igualdad y la equidad en todos los ámbitos de la vida, de las organizaciones y procesos de lucha por la defensa del agua, la vida y los territorios.
Nos comprometemos a participar activamente, con el Foro de los Pueblos por el Agua, en los preparativos y movilización hacia Bali, donde se realizará el próximo Foro Mundial del Agua.
El agua no puede ser usada como instrumento de guerra.
Sin agua no hay vida.
El agua debe ser un bien común por siempre.
Sin agua no hay paz.
Alegres, transparentes y en movimiento como el agua.
RED NACIONAL DE ACUEDUCTOS COMUNITARIOS DE COLOMBIA.
22de marzo de 2024.