Con el desarrollo de un proyecto agroturístico y la negligente administración de los predios para la conservación del agua, la comunidad del municipio de Páramo, en Santander, se moviliza con el fin de buscar alternativas que les permita garantizar el acceso al agua de buena calidad tanto en el presente como en el futuro.

La quebrada La Chorrera es la fuente hídrica más grande y representativa del municipio de Páramo. Su nacimiento ocurre en una estrella hídrica que tiene presencia en tres municipios: Charalá, Páramo y Confines, lugares en los cuales el agua es protagonista de las maneras de habitar los territorios; sus caudales también hacen parte de lo que se conoce como las cascadas de Juan Curí un atractivo turístico del lugar. Abastece a cinco acueductos veredales de Páramo, el casco urbano y algunas veredas del municipio de Confines.

A finales del 2019 inició la construcción de un parque agroturístico con enfoque ganadero en un predio que hace parte de la delimitación territorial del municipio de Charalá, justo al lado de Villa Rita donde nace la quebrada La Chorrera. En su momento, el proyecto fue avalado por la Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS). Este proyecto se promocionó en la región como una posibilidad de desarrollo económico ‘verde’.

Sin embargo, la construcción del proyecto empieza a afectar territorios vecinos, entre ellos el predio adquirido por la CAS como resultado del proceso que ha llevado la Alcaldía Municipal con los acueductos comunitarios para la protección y restauración de la microcuenca. Así, las intervenciones como: el ingreso de maquinaria pesada a los cauces, la apertura de vías, la deforestación y la eliminación de cercas de aislamiento en la zona de rivera se convierten en problemáticas medioambientales que impiden y afectan la protección y conservación del predio destinado para ello.

En los primeros meses del 2021, la comunidad decide organizarse para la movilización por la defensa del agua en el municipio de Páramo y se consolida la Mesa Técnica instalada para el diálogo con la institucionalidad, la cual se encuentra conformada por la Personería, el Concejo Municipal, Asojuntas (juntas de acción comunal), los acueductos comunitarios de la Red Agua para la Vida y representantes de la comunidad en general.

Inicialmente se realizaron varias movilizaciones en la cabecera urbana del municipio, caminatas hacia el predio e incluso un plantón en frente de la sede de la CAR. Finalmente, la comunidad parece ser escuchada, ya que el 5 de abril se realiza la primera reunión en la que estuvieron presentes: el alcalde de Páramo, el director de la CAR y los representantes del Comité Pro-defensa del Agua. Se acordaron algunos compromisos, se realizó un cronograma y la comunidad quedó a la espera de su cumplimiento.

Entre los compromisos que se pactaron se encuentran: la delimitación de la franja forestal, la implementación del proyecto para la protección de la microcuenca, el cual se encuentra contemplado dentro de la estrategia de manejo integral del recurso hídrico, la declaración de Villa Rita como reserva natural, la compensación por las afectaciones; entre otros.

No obstante, seis meses después no se ha hecho ninguna intervención. Asojuntas, afirmó: “Lastimosamente no se ha podido avanzar en nada, sabemos que son personas con ocupaciones, pero la verdad no ha mostrado ningún interés por buscar alternativas como generar acuerdos con los dueños de los predios vecinos, sancionar a quienes están generando daños, realizar un verdadero trabajo de conservación y restauración del predio y demás”.

En cuanto al agua, las afectaciones que el proyecto ha traído a los acueductos comunitarios y demás sistemas de abastecimiento que tienen las comunidades en este territorio han sido notorias en temas de infraestructura y calidad del agua. Un ejemplo de ello es lo que ha venido ocurriendo en el Acueducto Cueva de Tigre, de la vereda El Palmar, el más cercano al proyecto, donde el daño por la sedimentación que se generó con la construcción de una vía que atraviesa la reserva ha desbordado los sistemas y ha generado daños que han puesto en riesgo la continuidad del agua a las 100 familias asociadas.

Es por eso que, el Acueducto comunitario Asociación de Usuarios Cueva de Tigre, manifiesta su preocupación por la inacción de las autoridades, pues en lo que va corrido del año han tenido que realizar arreglos en el sedimentador, sumando la compra de motobombas para garantizar el acceso y suministro de agua a la comunidad, incluso con la disminución de la calidad del agua y del caudal.

De la misma forma, el Concejo Municipal de Páramo, aclaró: “La comunidad le ha manifestado a esta empresa que no está en contra de esos desarrollos, siempre y cuando respeten y salvaguarden los bienes comunes de la naturaleza, específicamente el agua. Más aún, cuando de esta fuente hídrica depende el 80% de la comunidad del municipio de Páramo”.

Para el 13 de agosto se había pactado, en la agenda establecida en abril, una visita al predio por parte de los tres alcaldes implicados y el director de la CAR con el fin de que verificaran la situación y adelantaran acciones más allá de la autorización de suministros para el cercamiento de otras fuentes hídricas. Sin embargo, la visita no se hizo efectiva y tampoco se le dio a la comunidad una justificación de la falta.

Se espera que las autoridades se pronuncien al respecto, pues si la situación sigue como va, es posible que los daños escalen a vulnerar el derecho humano al agua de la mayor parte de la población del municipio. Así mismo, la comunidad está dispuesta a continuar con la defensa del agua y el cuidado de los ecosistemas que aseguran su calidad y cantidad.