Hablar de la gestión comunitaria del agua en Colombia y, con ello, de la garantía del derecho humano al agua, implica, también, hablar sobre la permanencia campesina en los territorios rurales, más allá de una concepción productiva o de servicio público. Cuando se habla de los acueductos comunitarios, es necesario no perder de vista que estos procesos organizativos comprenden en sí mismos toda una construcción histórica y social que se funda en el ecosistema donde las comunidades habitan, teniendo como eje principal el agua.

Con la intención de conversar acerca de los procesos organizativos que se generan en torno a la autogestión comunitaria del agua, estuvimos participando, como Red Nacional de Acueductos Comunitarios, en el evento: Memorias y caminos de la gestión comunitaria del agua en Colombia organizado por la Fundación Heinrich Böll, Oficina Bogotá – Colombia, la Corporación Penca de Sábila y Contagio Radio el 23 de octubre de 2020. En este espacio tuvimos la oportunidad de compartir, desde diferentes lugares del país, en qué consisten los procesos organizativos en torno a la gestión del agua, cuáles son las problemáticas que enfrentamos en la ruralidad y la importancia de la incidencia política de nuestro trabajo en todos los niveles del orden nacional.

En Colombia existen alrededor de 35 mil veredas en los 32 departamentos en los que se divide el territorio. En ese sentido, se mencionó que es probable que en cada una de esas veredas exista un acueducto comunitario, sin contar con otros territorios como barrios o cascos urbanos de los corregimientos. En el momento, la cifra oficial del Viceministerio de Agua y Saneamiento habla de unos 20 mil acueductos comunitarios que tienen formas particulares tanto en la manera en cómo se organizan como las tecnologías utilizadas para garantizar el acceso y suministro del agua.

Es por eso que desde la Red Nacional defendemos las formas particulares en las que los acueductos comunitarios definimos nuestros procedimientos,  asociaciones e incidencias. En ese punto es donde empieza a tener importancia la autonomía de cada acueducto a la hora de generar un tejido social que procure por la denuncia, la veeduría y la resistencia del accionar dañino de las empresas privadas y el Estado que busca explotar la tierra a beneficio propio, mercantilizar los bienes comunes de la naturaleza y privatizar los acueductos.

Problemas como los cambios del uso del suelo, la explotación de hidrocarburos, la excesiva reglamentación a organizaciones colectivas de este carácter y la urbanización, son algunas de las amenazas que están enfrentando los acueductos comunitarios a la hora de garantizar de manera autónoma el derecho humano al agua.

Finalmente, se mencionó que la Red Nacional de Acueductos Comunitarios busca la reivindicación del derecho humano al agua y la autogestión comunitaria desde la incidencia en políticas públicas y el apoyo a cada organización para puedan seguir trabajando por la permanencia de las comunidades campesinas en sus territorios.

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