Mujeres y hombres procedentes de veredas, corregimientos, municipios y barrios, del llano y la montaña, de la costa y la sabana, de los páramos y el altiplano, de las selvas y de las ciudades de Colombia, deliberamos con optimismo durante los días 23, 24 y 25 de septiembre acerca de la construcción de nuestra ley propia, y con esperanza seguimos acordando estrategias para el fortalecimiento y reconocimiento de la gestión comunitaria del agua.

Mas de trescientos representantes de las comunidades organizadas de Cundinamarca, Boyacá, Santander, Tolima, Meta, Guaviare, Casanare, Huila, Nariño, Cauca, Valle del Cauca, Bolívar, Guajira, Magdalena, Antioquia y Bogotá, nos reunimos nuevamente en asamblea con el objetivo fundamental de deliberar y acordar las acciones políticas para defender nuestro derecho a la gestión colectiva del agua y para confluir en un mismo caudal.

En un país donde se profundiza una política que impone la extracción ilimitada de los bienes comunes que sustentan nuestra vida en los territorios, se aplican y crean leyes que nos desconocen como comunidades organizadas, y se entregan servicios esenciales para la población al mercado; levantamos nuestras voces y propuestas, conocedoras de que la única manera de proteger nuestros territorios y el agua, es a través de la cooperación, la construcción de alternativas, la ayuda mutua, la resistencia y la movilización permanente y colectiva.

Vivimos un momento histórico en Colombia. El ruido del conflicto armado amaina con los acuerdos de paz logrados entre el gobierno nacional y las FARC-EP. Consideramos que esta situación puede brindar un escenario favorable, para movilizarnos en un aguacero democrático por la defensa del agua y su gestión comunitaria.

Nuestra propuesta es una ley para acueductos comunitarios, una ley propia construida durante años de trabajo, acordada en el III Encuentro Nacional en la ciudad de Cartagena. Este tiempo nos ha permitido dialogar, tejer confianzas, crear y nutrir una propuesta que recoge nuestras diversidades.

Durante estos días consolidamos la ley propia, con el compromiso de emprender una gran campaña nacional e internacional en defensa de la gestión comunitaria del agua basada en la promoción y la recuperación de la democracia participativa. Nos comprometemos a lo que esta campaña exige: todo un proceso de formación, comunicación, movilización política y el trabajo permanente en nuestras comunidades. A partir del acumulado que tenemos de cinco encuentros nacionales y dos audiencias públicas en el Congreso de la República, abriremos un gran debate nacional y emprenderemos la acción y movilización amplia y pública.

Contaremos con el apoyo de países y movimientos por la justicia hídrica que también buscan la transformación de un modelo social y económico inequitativo, bajo los principios de la sustentabilidad y la equidad, como la RED VIDA y la Plataforma de Acuerdos Público-Comunitarios de las Américas. Consolidaremos alianzas nacionales con movimientos, organizaciones y diversos sectores sobre la base del respeto a la autonomía y la iniciativa comunitarias.

Nos comprometemos a continuar promoviendo en nuestros territorios estrategias y acciones de fortalecimiento para cada acueducto comunitario, con el impulso de acuerdos municipales, ordenanzas departamentales, alianzas entre comunidades organizadas y organizaciones de apoyo, entre otras.

Hemos elegido un escenario de acción para nuestra defensa que podemos significar como un campo de derechos. Vamos a exigir nuestros derechos fundamentales y derechos colectivos, así como los derechos del agua y la naturaleza, donde compartimos y nos relacionamos todos los seres vivos.

Para finalizar, los participantes de este encuentro nos solidarizamos con la valiente y heróica lucha de nuestra compañera Máxima Acuña de Perú, y le enviamos un fraternal saludo para que continúe su resistencia contra el capital trasnacional.

RED NACIONAL DE ACUEDUCTOS COMUNITARIOS DE COLOMBIA

25 de septiembre de 2016